Posibilidad de elección en el Aula
- Nicolas Ferreira
- 15 sept 2016
- 2 Min. de lectura

Que Lavín elimine horas de una materia u otra, no es tan grave como la forma en que lo está haciendo.
Hace dos años, para las municipales, generamos un equipo de educación para la campaña a Concejal por la Comuna de Lo Prado. En este equipo escuchamos a diferentes profesionales del área de la pedagogía y la mayoría concordó que el gran problema de la actual educación era que había demasiadas horas obligatorias de ciertas materias.
Una de las conclusiones más interesantes fue que el sistema de jornada completa estaba destinado a alejar a los niños de las calles y de los tiempos ociosos, en donde el ideal era tener las clases “normales” todos los días por la mañana hasta las 14 Hrs. y luego talleres deportivos, artísticos o reforzamientos por las tardes. Sin embargo, lo que se generó fue un sobrecargo curricular en los niños, se agregaron más horas de clases convencionales, las tareas nunca se hicieron en el colegio, lo que sucedió fue que los estudiantes tenían jornadas muy extensas y finalmente llegaban a sus casas a hacer tareas y trabajos cansados y desmotivados.
Por otro lado, cada persona tiene capacidades e intereses personales, ¿Por qué un niño o joven que desea estudiar medicina tiene 4 horas de historia?, o uno que quiere estudiar música ¿solo tiene dos horas de su ramos favorito, que no son obligatorias?
Propusimos en campaña que se redujeran la cantidad de horas obligatorias de los ramos, hasta dejarlos como lo mínimo que se debe saber, y dejar un margen más amplio para la decisión personal de los estudiantes. Un sistema como este permitiría a los niños en complementación de los padres decidir la educación que quieren recibir, así aquellos que se sientan más débiles o fuertes en algunas materias podrían tomar cartas en el asunto, levándolos eso también a un grado de independencia y responsabilidad mayor.
La propuesta del Ministro Lavín de disminuir las horas de Ciencias Sociales y Tecnología, y aumentar las de Lenguaje y Matemáticas, pasa a llevar en varios niveles a diferentes grupos de personas, pero más importantemente, y discúlpenme los Profesores de Historia, a los alumnos, el problema no es en sí la disminución de horas, si no la decisión, a mi juicio arbitraria, de sumar las horas que suma y como lo hace. Si tuviéramos un Newton o un Mozart en el aula, ¿Preferiríamos que pudiera desarrollar sus capacidades y potencialidades naturales, o que aprendiera a conjugar el verbo “cubrir” en el pluscuamperfecto?
El disminuir las horas de Tecnología, lo encuentro cuando menos discriminador con aquellos que sueñan con ser las nuevas mentes del Internet o el I + D, lo mismo sucede con los futuros abogados, ingenieros, músicos, artistas, profesores y políticos. ¿Porque se coartan las posibilidades de desarrollar a temprana edad a estas potenciales lumbreras para nuestro país?, simplemente no se entiende.
Originalmente publicado en El Sereno y replicado en ElRancahuaso noviembre-2010
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