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Acerca de las Cooperativas en Chile

  • Foto del escritor: Nicolas Ferreira
    Nicolas Ferreira
  • 25 sept 2016
  • 3 Min. de lectura

Las primeras cooperativas del mundo datan desde mediados del siglo XIX y nacen desde la necesidad de dar mejor condiciones laborales para los trabajadores de las grandes empresas herederas de Revolución Industrial. En Chile se comienzan a instalar tímidamente a finales de dicho siglo gracias a la inmigración europea que se propició en nuestros País y viven en el letargo hasta inicios de la década del 60 cuando comienza la “Época de oro del cooperativismo”. Incentivadas por Frei Montalva y la Democracia Cristiana, las cooperativas fueron el pilar de la reforma agraria, la intención era que los campesinos agrupados en cooperativas agrícolas fundaran pequeñas empresas sociales y vía colaboración aseguraran la producción. Al asumir Allende, el gobierno de la Unidad Popular determinó que estas pequeñas empresas sociales eran el “aburguesamiento de las clases campesinas” y cesó el incentivo a estas. Una vez impuesto el Gobierno Militar se dictaminó que las Cooperativas no eran otra cosa que “Polos de Subversión Marxista”, por lo que fueron perseguidas y eliminadas.


Al volver la democracia las pocas cooperativas sobrevivientes obtuvieron el favor de las nuevas autoridades, quienes habían prometido recursos cambio del apoyo de las organizaciones en la elección, de esta manera es que se generó lo que a mí me gusta llamar la “Época de Plata del cooperativismo”. De pronto todas estas organizaciones, algo pasadas a fiambre, se vieron con recursos casi ilimitados para proyectos, adquisiciones y reparticiones. Era cuestión de tiempo para que algo fallase. Y fallo. Habitacoop, cooperativa para la vivienda se declaró en quiebra y como tal un sinnúmero de socios que tenían ahorros para compra de viviendas, quedaron de brazos cruzados sin pan ni pedazo. El estado tuvo que salir a buscar soluciones para el los más de 13.000 socios afectados y por supuesto asegurar que nunca volviera a suceder algo como esto.


El año 2002 el entonces Presidente Lagos, promulgó la Ley maldita de las cooperativas. Se les quitó fuerza y autonomía, se les obligó a pagar ellas mismas un auditor externo para todas las cooperativas de importancia socio-económica, llevando de esta manera a al borde de la quiebra e ilegalidad a muchas Coops que no podían costear estas auditorías. Se impuso una serie de situaciones engorrosas en la constitución y mantención de las cooperativas. Finalmente, y mucho más grave, se les eliminó de todos las convocatorias a concursos públicos, dejándolas en el absoluto olvido.


El año 2009 a través de otros proyectos conocí el rol de las Cooperativas, vi cómo podían mejorar sustancialmente la vida de las personas. Al año siguiente junto a otros valientes levantamos la primera Cooperativa de Innovación en Chile. Nos pasó de todo. Nos objetaron la constitución de la cooperativa, nos multaron en el SII, nos traicionaron nuestros propios socios al interior de la organización y también nuestros compañeros en el movimiento cooperativista. Sin embargo seguimos aquí. Repactamos nuestras deudas, cambiamos de estrategia, ingresamos nuevos socios, cambiamos dirección comercial y seguimos.


Somos difusión de las cooperativas, plataforma de apoyo al emprendimiento. Somos #Umpi, somos #ElSereno, somos #Trabun.


Nosotros no estamos a la espera de que venga una nueva Época de algún metal o piedra preciosa, nosotros estamos trabajando para que se imponga una nueva cultura de trabajo cooperativista.


Más solidario, más ético, mejor. No queremos que el Estado nos privilegie por el sólo hecho de ser Cooperativa, nosotros queremos que nos emparejen la cancha, que hacer una Co-op y mantenerla sea tan fácil o tan difícil como cualquier otra empresa. Estamos felices por la nueva Ley Cooperativa, siempre dijimos que para que el cooperativismo funcionara debía ser impulsado como política pública, pero también creemos y lo hemos declarado siempre, que este chanchito es de tres patas. Estado, academia y emprendimiento.


Hoy hacemos un llamado a dejar de quejarnos por la situación de las cooperativas en Chile y empezar proponer y llevar adelante proyectos que mejoren esta situación. A preferir productos cooperativistas desde nuestra realidad personal. A querernos, entendernos y reconocernos. A dejar de hacernos zancadillas, a respetar los silencios y procesos de cada uno. Por último, los invito a preocuparse por el verdadero fin de las cooperativas, mejorar la calidad de vida de sus socios.


Desde la fraternidad cooperativista.

Nicolás Ferreira y Equipo Lleku.-


Carta escrita a las Cooperativas chilenas noviembre-2015

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